Nada mejor para disfrutar una hermosa tarde de otoño, que ir al Jardín Japones a contemplar la naturaleza.
Un maravilloso pedacito de paz y tranquilidad, inserto en medio de la ciudad.
Después de un suculento almuerzo en el Barrio Chino, fuimos con Fede (mi amor) a relajarnos. Una exposición de bonsai,alimentar a los peces koi, por supuesto; y caminar imaginando que estamos en una tierra lejana, repleta de encanto y misterio.
Enjoy it!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario